Sandra Georg

Journalistin, Jungredakteurin bei die-journalisten.de, Köln

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Chicos alemanes: los más gordos de Europa

La población alemana es la más gorda de Europa, dice un estudio del 2009 y en la clasificación mundial ya se acerca a las proporciones norteamericanas.

"La obesidad de niños ha crecido y ya alcanza al 15 %", dice el profesor Michael Radtke, director de la Clínica Pediátrica de Potsdam. Él agrega que la culpa la tiene el consumo de comidas rápidas y dulces y el sedentarismo, pero sobre todo, las bebidas que contienen demasiada azúcar no declarada en los empaques.

Debido a la mala alimentación, muchos niños enferman de diabetes o tienen problemas de corazón. Esas enfermedades significan para el Estado alemán un gasto de casi 70 millones de euros al año, lo cual se podría reducir simplemente con una alimentación equilibrada.

Ante ese panorama, médicos de la Asociación de Medicina Pediátrica exigen un "Semáforo de alimentos", es decir, un sistema de advertencia para marcar todos los alimentos en los supermercados con puntos rojos, amarillos o verdes, según su contenido de grasas y azúcar. Así, un producto con alto nivel de grasas tendría un punto rojo, mientras que los más saludables, un punto verde.

Esa propuesta ha sido escuchada con atención por algunos políticos, pero nunca ha sido puesta en práctica. Sin embargo, Radtke insiste en que "necesitamos un sistema lo suficientemente fácil para que también los niños lo entiendan".

Sin desayuno ni almuerzo

Al igual que los niños, a veces tampoco sus padres saben qué es una alimentación sana. "Diversas investigaciones muestran que si los padres son gordos, los niños también", dice Radtke.

Una alimentación equilibrada es esencial para el desarrollo de los niños.

Actualmente, muchos niños ni desayunan ni reciben un almuerzo caliente. Pero procurar una buena alimentación no es tan difícil como le parece a mucha gente. Por otro lado, el congresista Erwin Lotter, del Partido Demócrata Liberal (FDP), propone que los padres de niños con exceso de peso participen en cursos donde aprendan en qué consiste una alimentación correcta y sana para sus hijos. Lotter justifica la obligatoriedad de estos cursos en lo que llama la irresponsabilidad de los padres frente a la salud de sus niños.

Con sólo comer regularmente ya sube la probabilidad de que los niños crezcan más sanamente. Un estudio realizado por la aseguradora AOK, en el que 2000 padres con niños entre cuatro y catorce años fueron entrevistados, confirmó la alta probabilidad de que los niños que no comen regularmente sean gordos.

Los médicos también coinciden en que las escuelas comparten la responsabilidad de la buena alimentación de los niños. Por ello reclaman que se les ofrezca comida sana en vez de dulces, patatas fritas o bebidas gaseosas. Un almuerzo caliente y equilibrado para los alumnos sería un paso en la dirección correcta.


Autora: Sandra Georg

Editor: Pablo Kummetz

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