La "varita mágica" de los campesinos del río Putumayo mide alrededor de
cuatro metros. Con el enorme palo bloquean la vía destapada que lleva de
Puerto Asís, capital del departamento de Putumayo, río abajo hacia los
pozos petroleros que explota una empresa galés. Sobre la trocha
transitan los camiones pesados en frecuencia de minutos así como los
vehículos camperos de sus empleados. Cuando el bloqueo interrumpe las
operaciones, como si fuera magia, llegan no solamente representantes de
la empresa y el ejército, que está a cargo de garantizar que no se
afecte la explotación y el transporte, sino también autoridades
municipales, departamentales y hasta nacionales a escuchar y negociar
con ellos.
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