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Nonnenwerth: una isla con mucha historia

Unos 13 kilómetros al sur de Bonn, se extiende en el Rin la isla Nonnenwerth. Aunque es verdad que el río no carece de islotes, esta es especial: a parte de haber sido testigo de acontecimientos históricos, alberga un monasterio y es, a la vez, un colegio.


Una isla con mucho que contar

Nonnenwerth es mencionado por primera vez en un documento del siglo XII, que testifica que un abad de la región fundó allí un monasterio benedictino. Después de ser saqueado y destruido varias veces durante diversas guerras, el edificio finalmente adoptó su imagen definitiva en 1775. Ahora consta del convento, una capilla y un jardín estructurado al estilo barroco. Tanto los jardines como la instalación están declarados monumentos culturales.


Después de que el militar y gobernante francés Napoleón disolviese la abadía en 1804, la isla fue subastada y se convirtió en una posada. Aunque nunca llegó a tener demasiado éxito, fue frecuentada por los célebres de aquella época, como Ernst Moritz Arndt, Ferdinand Freiligrath o el escritor americano James F. Cooper. Pero lo que realmente catapultó a la pequeña isla a la fama fue la visita del compositor alemán Franz Liszt. Al pianista le gustaba pasar los veranos allí con su esposa y sus hijos, en busca de un poco de calma y descanso. Sin embargo, esto no funcionó del todo: ''Casi todos los días llegaban barcos desde Bonn, Colonia y Coblenza repletos de gente que quería ver al renombrado compositor'', cuenta la hermana Hildegarda, experta en todo lo relacionado a Franz Liszt, a Deutsche Welle. En su 30 cumpleaños incluso plantó un plátano (platanus hispanica) en los jardines, que ahora puede ser admirado en toda su grandeza por los visitantes de la isla.



Cuando el albergue dejó de ser rentable, la isla volvió a sus orígenes y en 1835 se reestableció el convento. Durante ambas guerras mundiales sirvió como lazareto y amparo para niñas y mujeres discapacitadas.

Hoy la isla, aparte del convento, da cabida a un colegio de educación secundaria.


El romanticismo del valle del Rin

Gracias a sus místicos e inigualables paisajes, el valle del Rin sirvió como modelo a muchos mitos y leyendas durante la época del Romanticismo. No obstante, Nonnenwerth, con sus gigantescos árboles y su naturaleza virgen, es un símbolo ejemplar de la belleza que alberga esta región de Alemania, que merece ser visitada.


Abierta al público

La isla Nonnenwerth en el valle del Rin.

En el museo del monasterio, fundado en 1991, se puede echar una ojeada a una compilación de recuerdos de Liszt. Aparte de diferentes retratos y dibujos, puede admirarse por ejemplo también la copa de plata que obtuvo el compositor como regalo por su cumpleaños. Solo se puede visitar con previo aviso mandando un e-mail a StClemens@nonnenwerth.org

También es posible asistir a la misa en la capilla de San Clemente los sábados a las 18.00 horas, tomar un respiro de la vida cotidiana participando en los fines de semana espirituales que tienen lugar regularmente o disfrutar de unos días de meditación hospedándose en el monasterio. La isla es accesible sólo por barco desde Rolandseck.


Autora: Isabella Escobedo

Editor: Claudia Herrera Pahl

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