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"Quetzal-1": Guatemala lanzará su primer satélite al espacio

Solo 10 centímetros tienen las aristas del cubo llamado "Quetzal-1", que se supone que va a catapultar a Guatemala hacia una nueva era. Se espera que el 2 de marzo, el nanosatélite -que debe su nombre al pájaro nacional guatemalteco- viaje a bordo de un cohete transbordador desde Cabo Cañaveral, en EE. UU., hasta la Estación Espacial Internacional (EEI).

Desde allí, será lanzado al espacio, donde captará imágenes de ríos, lagos y superficies marítimas de Guatemala, con las cuales se podrá medir el contenido de clorofila de las aguas para determinar su grado de contaminación. "Si logramos hacerlo, otros países en vías de desarrollo podrán recolectar ese tipo de datos vía satélite", explica a DW el ingeniero espacial y codirector del proyecto, Luis Zea."De ese modo se pueden controlar mejor los incendios forestales, la tala y la contaminación del agua", añade.

El CubeSat "Quetzal-1".

Muchos países industrializados ya utilizan satélites para esos fines. Sin embargo, Luis Zea y su equipo de estudiantes investigadores de la Universidad del Valle de Guatemala se asoman a un terreno desconocido con el desarrollo del "Quetzal-1". El motivo es que les falta de todo: el equipo universitario no cuenta con un presupuesto suficiente ni con experiencia en el desarrollo de satélites, y tampoco con el apoyo del Gobierno guatemalteco.

Pero hicieron de la necesidad una virtud, y en lugar de comprar partes carísimas, crearon ellos mismos el 70 por ciento de los componentes. "Lo que hicimos fue desarrollar un prototipo para un satélite de bajo costo, un concepto que podría ser adoptado también por otras universidades y países que no poseen gran cantidad de recursos para un programa espacial", señala Zea.

El "Quetzal-1" es un CubeSat

El mini satélite "Quetzal-1" pertenece a la clase de los llamados CubeSats, formados por una o varias unidades de construcción de solo 10 centímetros de lado. Ya en 2014, el equipo de Luis Zea comenzó con el proyecto. Los estudiantes concibieron el diseño y desarrollaron la compleja vida interior del satélite.

Sin embargo, no pudieron resolver un problema fundamental: "Lanzar un CubeSat al espacio puede llegar a costar unos cien mil dólares", dice el científico. Dinero que la Universidad del Valle de Guatemala no pudo reunir.

Satélite "Quetzal-1".

Pero los investigadores tuvieron suerte: se postularon con su proyecto para participar de KiboCube, un programa de fomento para países en vías de desarrollo sin programa espacial propio, y fueron aceptados. Los costos de lanzamiento del satélite serán pagados por la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA, por sus siglas en inglés), y por la Agencia Espacial Japonesa JAXA.

Estos llevarán al nanosatélite al espacio a través de un equipo de robots, el módulo Kibo, instalado en la Estación Espacial Internacional. "Con el Programa KiboCube queremos dar impulso al conocimiento sobre el diseño y la construcción de tecnología espacial", explica la UNOOSA.

El equipo de investigadores de la Universidad del Valle de Guatemala.

Un proyecto a nivel de los países desarrollados

En Guatemala, ese objetivo ya fue alcanzado con la construcción del "Quetzal-1": más de 100 académicos, estudiantes y voluntarios de la Universidad del Valle participaron en los últimos dos años en el desarrollo del satélite. La participación en el ProgramaKiboCube no solo representa un respaldo financiero para el equipo: "Por supuesto que ahora no tenemos que preocuparnos por la manera en que llevaremos el satélite al espacio", dice Luis Zea, "pero el fomento por parte de estas organizaciones fue para nosotros una especie de sello de calidad y nos ha mostrado que con nuestro proyecto somos capaces de seguir el paso al desarrollo internacional".

Cuando el "Quetzal-1" inicie su travesía desde Cabo Cañaveral hacia la EEI, Luis Zea, que trabaja desde hace tiempo en la Universidad de Colorado, EE. UU., quiere estar presente. Más tarde, cuando el satélite sea puesto en órbita, el equipo guatemalteco esperará las informaciones que este enviará a los investigadores. En el techo del edificio de la facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle de Guatemala, una antena captará las señales. Pero para Luis Zea, junto con el desafío tecnológico, hay otro aspecto muy importante: "Más que el desarrollo tecnológico, se trata de cambiar la mentalidad de la gente para que vean que en países en vías de desarrollo se puedan hacer las cosas que vemos que hacen los países desarrollados".

(cp/ers)

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